LA SITUACIÓN EN URUGUAY 583 II. EL IMPACTO DEL COVID-19 EN EL TURISMO En la actualidad, la Organización Mundial del Turismo estima que la caída de llegadas de turistas puede ser de 30% o más, dependiendo de la situación general, de aquí hasta el fin del año. Incluso, algunos analistas prevén una caída mayor en comparación con el crecimiento de 4% que se había estimado para 2020. Esto se traduce en pérdidas millonarias por encima de los 80 mil millones de dólares en gastos de visitantes internacionales, donde el 100% de los destinos mundiales mantienen restricciones2. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) entiende que la crisis de la región es la peor crisis de la historia, aún más que la “Gran Depresión” de 1930, y que la caída del PIB será mayor al 6%3. Otros análisis establecen que la caída podría ser más grave, con una disminución de ingresos de más de 120 mil millones de dólares, y que, en materia de transporte aéreo, las pérdidas serán de más de 25 mil millones de dólares. En Europa, los establecimientos hoteleros han caído, al día de hoy, cerca del 80% de sus pernoctaciones. En este escenario, podemos afirmar que el Coronavirus (COVID-19) ha impactado profundamente las condiciones de la población, así como el producto turístico – entendiéndose, por tal, la manufacturación de los recursos turísticos –, de forma tal que lleguen al consumidor final como un todo homogéneo a ser gozado en un tiempo determinado, cuya postergación o frustración genera complejas relaciones jurídicas de responsabilidad. No obstante, el impacto ha sido, por sobre todas las cosas, sobre las condiciones psicológicas del turista, donde el temor al viaje y a disfrutar del conocimiento de otras culturas y sociedades se verá acrecentado en los próximos años, lo que hará que los Estados deban encontrar nuevas soluciones ante los riesgos sanitarios futuros. Esta problemática ha puesto sobre la mesa, entre otros temas, las carencias de los sistemas de responsabilidad existentes, tanto frente a los turistas como en materia contractual, respecto de los distintos prestadores que actúan en la cadena de comercialización. El desafío de los Estados estará, entonces, en la capacidad de respuesta de estos frente a los posibles riesgos futuros. En este sentido, las soluciones sanitarias que deberán encontrarse, donde el límite de las libertades individuales puedan ser un obstáculo ante la fijación de medidas (en los hechos limitar, la libertad de circulación o de reunión puede requerir de normas especiales basadas en el interés general). Pero sí, los Estados intentaron 2 Fuente: https://www.unwto.org/es/turismo-covid-19. 3 Fuente: https://www.cepal.org/es/temas/covid-19.
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