488 LEGAL IMPACTS OF COVID-19 IN THE TOURISM INDUSTRY II. CONSIDERACIONES GENERALES En el contexto mundial, existe una gran obscuridad sobre los problemas sociales a los que se enfrenta. Desde hace muchas décadas, se han generado muchas críticas a la forma de abordar los problemas sociales por parte de la ciencia, el método científico o las metodologías. La teoría que se ha construido en el inicio del siglo 20 no ha dado elementos para explicar los problemas de la sociedad. Esa forma fragmentada del conocimiento ha generado que se atomice el conocimiento y, por lo tanto, se aleja de la realidad, ya que se conoce solo de la parte y no de todo en conjunto. Hay una gran probabilidad que esa sea la causa de la sorpresa que nos ha dado esta pandemia: el no poder dar respuesta pronta, la ausencia inicial de una vacuna, no saber de dónde proviene el virus – no se tenía certeza de nada, y eso hace al mundo vulnerable, abriendo, desde luego, la puerta para enderezar la forma en que se pretende aprender la realidad. Esta pandemia nos obligó a atender los problemas de la sociedad actual con herramientas viejas, es decir, a enfrentar el presente y el futuro con instrumentos claramente desfasados y poco aplicables a las situaciones tan complejas como la pandemia del COVID-19. En el derecho, por ejemplo, está claro que se pretende enfrentar el futuro con esquemas jurídicos tradicionales, pero las teorías del derecho existentes resultaron insuficientes para responder a los problemas presentados en una sociedad afligida por una pandemia mundial. Tal vez sea atrevido abarcar a todos los sistemas jurídicos, pero la constante de atraso, aplicabilidad tardía y desfase lleva a pensar que todos están en la misma situación. Esa crítica se expresa en el cómo se deben resolver los problemas en el turismo, cómo enfrentar a los mercados de turismo, cómo se debe hacer para no lesionar al mercado, a los operadores y, desde luego, a los turistas. Las respuestas pasan de un extremo al otro, desde las recomendaciones más tradicionales hasta las más alejadas de la realidad. En todo el mundo, hemos presenciado un estrés provocado por la falta de respuestas de quienes deberían darnos certeza; así, institutos y centros de investigación se declararon incompetentes ante la pandemia. Eso se expresó en cierres de empresas, cancelaciones, aeronaves estacionadas, fronteras cerradas, expedición de bonos, cobros indebidos, corte del servicio y turistas abandonados a su suerte, reflejando una falta de claridad en la responsabilidad del servicio, desde luego en situación de pandemia. La obscuridad está también en el derecho, pues, con las instituciones viejas y leyes lentas, no fue posible dar una respuesta inmediata a los problemas que surgieron en 2020 y continuaron en 2021, demorando en resolver esas situaciones. Por la falta de respuestas, se generó estrés en el sector del turismo,
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