TURISMO Y CORONAVIRUS 403 El 18 de marzo, por Resolución 131/2020, se establece que los agentes de viajes y los establecimientos hoteleros de la República Argentina deberán devolver a los turistas-usuarios toda la suma de dinero que hubieren percibido, en concepto de reserva por alojamientos, a ser usufructuados durante el periodo comprendido entre la fecha de entrada en vigencia de la presente medida y el 31 de marzo. Por si no quedaba claro, al día siguiente, por Resolución 136/2020, se extienden estos efectos a los servicios de alojamiento temporario, cualquiera sea la plataforma transaccional o modalidad de reserva, contratación o pago. Como medidas de acción positiva, el Ministerio potencia su plataforma de educación online para asistir al sector. El 23 de marzo, se dispone que los hoteles de Chapadmalal, destinados a Turismo Social, alojen a personas de la zona costera en situación de calle, y comienzan a realizarse las adecuaciones sanitarias necesarias para que esos establecimientos puedan ser utilizados como unidades de aislamiento extra-hospitalarias, ante un eventual pico del brote de coronavirus. Desde la promoción, para fin de marzo, el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) elabora un “Informe de coyuntura” y se organiza una plataforma denominada “Argentina 360” con recorridos virtuales por todas las provincias. 3.2. La reacción del sector privado Desde el principio, la Cámara Argentina de Turismo apoyó las medidas sanitarias y colaboró en todo sentido con su difusión. Su principal postura siguió los lineamientos globales de impulsar la postergación y reprogramación en contra de la cancelación de los viajes. Solo manifestó diferencias, no con la medida de devolución, sino con su aplicación, reclamando un término de 180 días para hacerla efectiva. Ellos se mostraron escépticos respecto de los créditos ofrecidos por el Gobierno para el pago de sueldos al 24% de tasa, primero, por no hallarlos disponibles en todos los bancos y, segundo, porque no lo han visto como una medida sustentable. Si, están pendientes de las exenciones de cargas sociales y eventuales desgravamientos impositivos. Las agencias de viajes quedaron atadas en una discusión eterna con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA); las aerolíneas, en general, han sabido mantener abiertos los pasajes para que puedan postergarse, incluso los vendidos con tarifas económicas; la hotelería, en general, cayó totalmente; y la gastronomía se mantuve por el delivery, en un 50%.
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